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Coyhaique, 5 de agosto de 2024. La Región de Aysén, conocida por su belleza natural y sus vastos paisajes, enfrenta ahora una crisis económica y social sin precedentes. Contrario a las expectativas iniciales de que la región no experimentaría aumentos significativos en el costo de la energía, los habitantes de Coyhaique han sido sorprendidos por un incremento exorbitante del 100% al 200% en el valor del kilovatio hora (KWH).

Esta noticia ha generado un gran descontento entre los ciudadanos, quienes ya enfrentaban dificultades debido a la imposición de un horario que limita las horas de luz disponibles. La situación se agrava con la reciente obligación de cambiar a sistemas de calefacción eléctrica, un encarecimiento en el precio del pellet y de la parafina, y ahora, el drástico aumento en el costo de la electricidad.

Jasemii Castillo, una residente de Coyhaique, expresó su indignación en una publicación en Facebook: “Nos imponen cambios que afectan gravemente nuestro presupuesto. Las grandes empresas vienen a la región, dejan los caminos en mal estado y sin completar, y ahora nos suben el costo de la electricidad de manera exorbitante. Somos la región con menos ingresos y más cara a nivel nacional. Las autoridades no están haciendo bien su trabajo.”

El seremi de Energía, Tomás Laibe, ha sido señalado por no cumplir con los compromisos asumidos durante su gestión. A pesar de las promesas de mejorar la situación energética de la región y de proteger los intereses de los ciudadanos, Laibe no ha logrado mitigar el impacto de estos aumentos desmedidos. Los coyhaiquinos sienten que la falta de acción por parte de las autoridades refleja una desconexión alarmante con la realidad de la región.

La crisis en Aysén plantea serias preguntas sobre la eficacia de la gestión de recursos y la capacidad de las autoridades para abordar las necesidades de las regiones más aisladas y desfavorecidas del país. La falta de soluciones adecuadas y la creciente presión económica han llevado a una creciente frustración entre los residentes, quienes exigen respuestas y medidas concretas para resolver la situación.

La comunidad de Aysén se enfrenta a un momento crítico, y la responsabilidad de revertir esta crisis recae no solo en los líderes regionales, sino también en la voluntad de los responsables políticos de actuar con rapidez y efectividad para proteger a sus ciudadanos y garantizar que las promesas de desarrollo y justicia sean cumplidas.

Las próximas semanas serán cruciales para determinar si las autoridades tomarán las medidas necesarias para aliviar la carga sobre los habitantes de Aysén o si continuarán siendo responsables de la creciente crisis que afecta a esta región tan importante para el país.