Chile Chico, Chile – Diversas organizaciones ambientales han solicitado la finalización anticipada de la evaluación de un proyecto que, según ellas, pone en riesgo el ecosistema del humedal en la zona. Natalia Tapia Verdejo, presidenta de la Fundación Raíces de Calafate, expresó su preocupación: “Es muy importante el término anticipado del proyecto, principalmente porque, a raíz de todos los antecedentes que se han presentado, amenaza el ecosistema del humedal y todas las especies que interactúan ahí”.
La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto fue presentada por Patagonia Ridge SpA, representada por los abogados José Sánchez Drouilly y Gerardo Arellano López. Esta empresa, constituida en 2017 en Santiago, es controlada por Francisco Galleguillos Estay, cuya familia también es propietaria de la Sociedad Exportadora Patagonia Cherries, dedicada a la comercialización de cerezas.
El controvertido proyecto propone la implementación de un sistema de drenaje para gestionar el agua estancada y la humedad excesiva del terreno, mediante la construcción de canales tipo zanjas. La finalidad es establecer una plantación de cerezos para exportación en el mismo predio, una actividad económica frutícola común y de gran desarrollo en la región de Chile Chico.
Sin embargo, aunque el objetivo declarado del proyecto es el cultivo de cerezas, la DIA se presentó como una respuesta al dictamen de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) del 20 de octubre de 2021, que exigía a Patagonia Ridge SpA regularizar las obras de drenaje realizadas en La Puntilla entre 2019 y 2020. Durante una inspección de la SMA, se descubrió que en la misma área se había llevado a cabo una parcelación de 24 lotes bajo el nombre de Costanera del Lago, comercializados por Anfruns Propiedades y Aescala Patagonia.
El expediente de la SMA clasifica este proyecto bajo la categoría de iniciativas de “vivienda e inmobiliarios”. Según el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, la denuncia original fue presentada por particulares ante la SMA en junio de 2020, acusando actividades de relleno de humedal y la construcción de un condominio en la desembocadura del río Jeinimeni.
La preocupación de las organizaciones ambientales radica en que la realización de este proyecto podría tener un impacto irreversible en el humedal, un ecosistema vital para la biodiversidad local. Los humedales desempeñan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua, la protección contra inundaciones, la recarga de acuíferos y el soporte de una gran variedad de especies vegetales y animales.
“Estamos hablando de un área de alto valor ecológico, donde la flora y fauna dependen de las condiciones específicas del humedal. La introducción de sistemas de drenaje y la modificación del terreno pueden alterar de manera significativa estos equilibrios naturales, llevando incluso a la desaparición de algunas especies”, agregó Tapia Verdejo.
Además de los impactos ambientales directos, también se teme que la conversión del humedal en terrenos agrícolas o residenciales pueda fomentar un desarrollo insostenible en la región. La urbanización y la expansión agrícola sin un adecuado manejo y regulación pueden llevar a la degradación del medio ambiente y a conflictos con las comunidades locales que dependen de estos ecosistemas para su sustento y calidad de vida.
Las organizaciones ambientales no están solas en su lucha. Vecinos y comunidades locales también han expresado su oposición al proyecto. “No queremos que nuestro hogar se convierta en un desierto de cerezos o en un barrio residencial que no respete nuestra naturaleza”, comentó Juan Pérez, un residente de Chile Chico. “Nuestros hijos merecen crecer en un entorno sano y equilibrado, donde se valore y proteja la riqueza natural que tenemos”.
La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) continúa revisando los antecedentes y realizando las inspecciones pertinentes para tomar una decisión informada sobre el futuro del proyecto. Mientras tanto, la presión de las organizaciones y la comunidad sigue aumentando, en un esfuerzo por preservar uno de los últimos humedales intactos de la región.
Las autoridades locales, por su parte, se enfrentan a un desafío complejo: equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente. El caso de Chile Chico pone de relieve la necesidad de políticas públicas que promuevan un desarrollo sostenible, donde se puedan generar oportunidades económicas sin comprometer los recursos naturales y la biodiversidad que son fundamentales para el bienestar a largo plazo.
En conclusión, la controversia en torno al proyecto de Patagonia Ridge SpA en Chile Chico resalta un problema global: la tensión entre el desarrollo económico y la conservación ambiental. Las decisiones que se tomen en este caso no solo afectarán a la comunidad local y al ecosistema del humedal, sino que también enviarán un mensaje sobre el compromiso de Chile con la protección de su patrimonio natural y la búsqueda de un desarrollo verdaderamente sostenible.